Miami, 24 abr (EFE).- Con el vencimiento este mes de las protecciones por la pandemia, millones de niños en EE.UU., muchos de ellos latinos, enfrentan el riesgo de quedar sin seguro médico, pero no porque no sean elegibles, sino porque sus padres “se ahogan” en los trámites de renovación, explicó a EFE Leo Cuello, experto en salud de la Universidad de Georgetown.
De los menores hispanos que perderán su seguro sanitario, casi tres de cada cuatro (72 %) será “por el proceso, no por su elegibilidad”, se lamentó Cuello.
El profesor de investigación de la Escuela McCourt de Políticas Públicas de esa universidad subrayó que en su gran mayoría los niños que no tienen seguro médico por el trabajo de sus padres cumplen con todos los requisitos de los programas gubernamentales Medicaid para familias de bajos ingresos y CHIP para niños.
“Son personas que siguen siendo elegibles, pero su seguro termina siendo cancelado porque no pueden completar el proceso de renovación”, señaló.
Precisó que la familias latinas “son más propensas” a tener problemas con el trámite de renovación anual, y enfatizó que entre las dificultades están la falta de tiempo, el desconocimiento del inglés, el cambio de dirección y la informalidad de los trabajos de muchos latinos ,que les impide determinar y comprobar con facilidad sus sueldos.
Agregó que además hay estados que tienden a facilitar el trámite o hacer una renovación automática -si las familias mantienen los requisitos de ingresos económicos, entre otros para calificar-, pero hay otros que dificultan el proceso.
El experto participó este año en un estudio del Centro para Niños y Familias de la Universidad de Georgetown que determinó que millones de niños pueden quedar sin seguro médico a partir de este mes, cuando comenzaron a expirar las protecciones adoptadas por la pandemia.
Según Cuello, los más afectados serán los menores latinos y afroamericanos.
Detalló que un 27 % de los que perderán seguro médico serán latinos, un número muy por encima del porcentaje de la población hispana en el país (que es de alrededor de un 19 %).
Además, de los que pierden seguro por un problema de papelería, un 35 % serán latinos, un porcentaje aún más desproporcionado, dijo.
Con la pandemia se logró un récord del 54 % de niños asegurados bajo Medicaid y el Programa de Seguro Médico para Niños (CHIP).
Esto ocurrió porque las medidas de protección aplicadas desde marzo de 2020 prohibían las cancelaciones y ordenaban la renovación automática de estos seguros bajo la emergencia por la covid-19.
Sin embargo, esas protecciones expiraron este mes.
Cuello dice que la pandemia fue en ese sentido como un restaurante al que entraron muchos comensales, pero no salió ninguno, y ahora todos tendrán que hacer el trámite para permanecer, lo cual creará un cuello de botella.
Recordó que el máximo número de personas que ha perdido su seguro en un año son 2 millones, y en esta ocasión se estima un “récord histórico” de 15 millones de personas, entre adultos y niños.
Señaló que mucho se ha hablado de los millones de adultos que perderán este seguro, pero poco de los menores, que pueden representar altas facturas médicas para sus familias en caso de perderlo.
En estados como Georgia, donde el gobierno no amplió Medicaid bajo la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA), conocida como Obamacare, para beneficiar a más adultos, el seguro de un 70 % de niños estará sujeto a renovación.
Hay una decena de estados que se ha negado a aceptar dinero federal del llamado Obamacare para expandir Medicaid, entre ellos están también Florida y Texas, de gran población latina.
Los estados tienen hasta mayo de 2024 para verificar la elegibilidad en Medicaid para la mayoría de las personas inscritas en el programa, incluidos más de 34 millones de niños.
Aproximadamente cuatro millones de niños inscritos en Medicaid financiado con fondos de CHIP también necesitarán renovar su cobertura.
Cuello aconsejó a los padres que no entren en pánico porque la mayoría de los niños siguen siendo elegibles y los llamó a superar el proceso y pedir ayuda.
Pidió a las familias actualizar sus direcciones si se cambiaron de vivienda para recibir la papelería y responder los formularios que les envíen incluso si creen que tienes errores, porque el proceso solo se detiene cuando los beneficiarios dejan de contestar.
“El Estado finaliza cuando alguien no le contesta”, enfatizó, al señalar que si hay errores o carencias el gobierno tiene la obligación de contactarlos de nuevo.