Nueva York, 17 abr (EFE).- El congresista neoyorquino George Santos, atrapado en una red de mentiras sobre su pasado familiar, académico y hasta sexual, anunció hoy que aspira a la reelección en 2024 para un segundo mandato.
En su cuenta de Twitter, Santos publicó hoy un comunicado en el que se define como “un defensor sin parangón de los valores conservadores”, “un diligente legislador” y “un declarado crítico del ‘Establishment’ en Washington”, un entorno en el que, pese a sus palabras, aspira a permanecer tras sus cien días ocupando su escaño.
El comunicado no dice nada sobre las fabulaciones con las que Santos -primer congresista republicano abiertamente homosexual- se presentó para la primera elección y que han sido descubiertas por numerosos medios de comunicación.
Entre las mentiras que Santos urdió sobre su currículum figuraban algunas anecdóticas como ser un defensor animalista, mientras que otras eran más graves, como su supuesta descendencia de una familia judía víctima del Holocausto nazi o que su madre estuvo entre los muertos en el atentado del 11 de septiembre.
Cuando se desmintieron todos esos extremos, Santos parecía políticamente acabado, y el propio Partido Republicano en su distrito de Nassau (estado de Nueva York) se desmarcó claramente de su persona, pero en Washington el partido no lo hizo y lo admitió en su bancada, permitiéndole formar parte de dos comisiones parlamentarias.
No obstante, poco después de ser designado para esas comisiones, en enero, el congresista decidió apartarse de ellas debido al escándalo sobre sus mentiras.
Si Santos lograra ser reelegido, ganaría el derecho a una pensión vitalicia que tienen todos los excongresistas, siempre que acumulen al menos dos mandatos (de dos años cada uno), de ahí la importancia económica que reviste su reelección.
Una de las últimas polémicas en que se ha visto envuelto Santos, y tal vez la más exótica, es cuando se supo que participó disfrazado de “drag queen” en una fiesta en su Brasil natal hace quince años.
Sus palabras entonces tuvieron la forma de un ambiguo desmentido, cuando dijo a los reporteros: “No, no fui drag queen en Brasil, chicos, solo era un chaval que se divertía en un festival. ¡Denunciadme por tener una vida!”.