Los Ángeles, 11 abr (EFE).- El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sometió este martes a consideración pública los planes de cómo siete estados del oeste del país que dependen del agua del río Colorado deben reducir su uso, y defendió su autoridad para imponer restricciones en la utilización del líquido del que dependen 40 millones de habitantes.
La Oficina de Reclamación de EE.UU., una dependencia del Departamento del Interior, presentó un informe que incluye dos alternativas para la operación a corto plazo de los embalses de las presas Glen Canyon y Hoover (lago Powell y lago Mead), que se nutren del río.
California, Arizona, Colorado, Nevada, Nuevo México, Utah y Wyoming, así como varios pueblos indígenas, han estado enfrascados en una disputa sobre cómo hacer recortes al uso del agua del Colorado y evitar que los embalses caigan a niveles peligrosamente bajos.
California y algunos pueblos nativos asentados a lo largo del río han basado sus propuestas en sus derechos de alta prioridad sobre el agua del caudal.
En contraste, los otros seis estados han propuesto reducciones especialmente grandes para California, que usa más agua del Colorado que cualquier otro estado.
Una de las alternativas propuestas contempla hacer recortes basados predominantemente en el sistema de prioridad existente para los derechos de agua, que favorece a California.
La segunda considera reducciones para todos los estados, pero aplicaría recortes “distribuidos en el mismo porcentaje” para los tres estados de la Cuenca Baja del Colorado: California, Arizona y Nevada.
Sin embargo, en ambos escenarios presentados en el borrador de la Declaración de Impacto Ambiental Suplementario (SEIS, por su sigla en inglés), los estados, los agricultores y los pueblos indígenas podrían verse obligados a recortar casi 2.590,3 millones de metros cúbicos de agua más de su uso del río Colorado en 2024.
El Gobierno también consideró una tercera opción en la que no se harían recortes, pero fue descartada por la sequía que continúa enfrentando el río a pesar de las lluvias y nieve que dejó el pasado invierno en las Montañas Rocosas.
El sistema general que depende de Colorado proporciona agua y electricidad a más de 40 millones de personas en el occidente de EE.UU., pero los embalses más grandes del río, el lago Mead y el lago Powell, han llegado a sus niveles más bajos debido a la sequía intensificada por el cambio climático.
Las dos propuestas garantizan las entregas continuas de agua y la producción de energía hidroeléctrica para los estados que dependen del Colorado en los próximos años, explicó en un comunicado la Oficina de Reclamación.
“El fracaso no es una opción”, dijo el subsecretario del Interior, Tommy Beaudreau, en un comunicado.
Por su parte la comisionada de la Oficina de Reclamación, Camille Calimlim Touton, advirtió que el Gobierno de Biden espera continuar trabajando con los estados y las tribus para encontrar soluciones “en este momento crítico”.
“Las condiciones de sequía en la Cuenca del Río Colorado se han estado gestando durante dos décadas. Para enfrentar este momento, debemos seguir trabajando juntos, a través del compromiso de proteger el río, liderando con la ciencia y un entendimiento compartido de que las condiciones sin precedentes requieren nuevas soluciones”, añadió.
El informe revelado hoy estará disponible para comentarios públicos durante 45 días y la decisión final se espera para agosto de 2023, la cual afectará las operaciones de las presas Glen Canyon y Hoover hasta 2026.
El informe no abarca el uso de agua en el norte de México, que también se surte de las aguas del Colorado.