Miami, 4 abr (EFE).- Todavía emocionado por haber sido elegido para comandar la histórica misión Artemis II, el astronauta de la NASA Reid Wiseman se siente privilegiado de formar parte de una nueva era espacial en la que la humanidad tendrá una presencia permanente en la Luna y alcanzará Marte.
“Ser una suerte de pequeño paso en ese camino que tiene la vista en Marte es fascinante”, dijo en una entrevista con EFE Wiseman, comandante de la misión tripulada Artemis II que previsiblemente en noviembre del próximo año viajará hasta la Luna para volar a su alrededor antes de volver a la Tierra.
Con ese viaje se dará por terminado un paréntesis de más de medio siglo en la conquista de la Luna, desde el fin de la misión Apolo 17 de 1972, y comenzará una era en la que la NASA explorará el espacio profundo, más allá de la órbita terrestre baja en la que ha estado concentrada en las últimas décadas.
“Vamos a Marte”, sentencia Wiseman, como lo hiciera el lunes el administrador de la NASA, Bill Nelson, cuando desde el Centro Espacial Johnson, en Houston (Texas, EEUU) dio a conocer a los cuatro tripulantes de la Artemis II, entre los cuales hay un astronauta de la Agencia Espacial Canadiense (CSA, por sus siglas en inglés).
Una afirmación como esa, agregó Wiseman, supone “construir una puerta de enlace en el entorno lunar, ver huellas humanas en la Luna, ver construidas instalaciones de investigación científica”.
“¿Quién sabe? tal vez ver unas 100.000 personas viviendo en La luna a lo largo de nuestra vida. Y luego empiezas a vernos dirigiéndonos a Marte”, destacó el astronauta, que nació en Baltimore (Maryland) y cumplió su primera misión espacial en 2014, cuando se sumó a la Expedición 41 de la Estación Espacial Internacional (EEI).
Esta hoja de ruta ocurre en medio de iniciativas comerciales que se desarrollan en paralelo, como la estación espacial que planea construir la firma privada Axiom, o el viaje a la Luna que el multimillonario japonés Yusaku Maezawa hará en una fecha por determinar para el y otras diez personas a bordo del poderoso cohete Starship de la firma privada SpaceX.
“Está sucediendo ahora mismo, esto no es un sueño, es la realidad”, señaló el astronauta.
TRIPULACIÓN DIVERSA, REFLEJO DE LA HUMANIDAD
Los cuatro integrantes de la misión Artemis II despegarán desde el Centro Espacial Kennedy de Cabo Cañaveral (Florida) a bordo de una cápsula Orión propulsada por el poderoso cohete SLS.
Ambas naves fueron puestos a prueba con la expedición no tripulada Artemis I, en 2022.
La tripulación se completa con el piloto afroamericano Victor Glover y los especialistas Christina Hammock Koch, que se convertirá en la primera mujer que vuela más allá de la órbita terrestre baja, y Jeremy Hansen, éste último de la CSA y el primer canadiense que haga un viaje tan lejano.
“Estoy volando con tres de las mejores personas que he conocido, todos somos muy buenos amigos. Habrá días difíciles, pero estamos ansiosos por ir y hacer esto”, resaltó el comandante, quien agregó que sus compañeros de expedición son reflejo de la diversidad de la NASA.
“Rezo para que Dios bendiga esta misión, pero también para que podamos seguir sirviendo como fuente de inspiración para la cooperación y la paz, no solo entre naciones, sino en nuestra propia nación”, dijo durante la presentación Glover, quien fue el piloto en la misión Crew-1 de la NASA en conjunto con SpaceX.
Un día antes de ser presentados de forma oficial, los cuatro tripulantes recibieron una llamada del presidente estadounidense, Joe Biden, quien les agradeció por el servicio que prestarán al país y por servir de inspiración para el mundo.
“Fue algo que atesoramos por el resto de nuestras vidas”, señaló el comandante sobre una llamada de unos 30 minutos de la que participaron tanto la primera dama, Jill Biden, como los hijos y familiares de los astronautas.
Listo para iniciar en junio próximo los entrenamientos y el plan de formación, que incluye prácticas en simuladores de vuelo, Wiseman afirma no sentirse decepcionado de que el ser seleccionado para la segunda misión del programa Artemis elimina sus posibilidades en el futuro inmediato de pisar la Luna, que es lo que hará la Artemis III, que la NASA quiere concretar para fines de 2025.
“Para mí, y realmente lo digo en serio, estoy más emocionado de ver a mi amigo aterrizar en la Luna que a mí aterrizar en la Luna. Hay algunos astronautas increíbles en este momento” en la NASA, manifestó.
Señaló que los cuatro tripulantes tienen claro que la meta ulterior de la Artemis II es allanar el camino de las misiones futuras de este programa: “Estaremos pensando en nuestros amigos, colegas que van a trabajar en el entorno lunar”.