Ciudad de México, 15 mar (EFE).- Los cinco jóvenes asesinados por el Ejército mexicano en Tamaulipas, norte de México, no estaban armados y no se enfrentaron a los miembros de las fuerzas armadas, por lo que su muerte pudo tratarse de una ejecución, reveló este miércoles el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración del Gobierno mexicano, Alejandro Encinas.
En una entrevista con el periódico El Universal al interior del recinto legislativo de la Cámara de Diputados, el funcionario de la Secretaría de Gobernación (Segob) aseguró que los hechos indican que se trató de una ejecución.
También comentó que esta dependencia se pronunciará de manera formal cuando la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) dé a conocer los resultados de la investigación que lleva a cabo.
“Esperemos a que venga la conclusión de la investigación de la CNDH para dar cuenta de qué pasó, pero evidentemente hay elementos para acreditar que los jóvenes no iban armados y que no había enfrentamiento”, indicó.
El funcionario mexicano también consideró que se debe de evaluar la responsabilidad en la cadena de mando y que quien cometa un delito cumpla con sus consecuencias.
Las declaraciones de Encinas se dan luego del abatimiento el pasado 27 de febrero de cinco jóvenes en la fronteriza ciudad de Nuevo Laredo, en el norteño estado mexicano de Tamaulipas, luego de que presuntamente militares accionaran sus armas en contra de una camioneta que perseguían por escuchar un “estruendo”, según informó la Secretaría Nacional de la Defensa (Sedena).
El propio presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, pidió a la CNDH determinar el papel del Ejército en la matanza de estos jóvenes para que, en el caso de que sean responsables, “sean castigados”.
“A propuesta del secretario (ministro) de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, se pidió la intervención de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), para que se investigue el caso. Incluso las autoridades militares ya están también ayudando en la investigación para que, si resultan responsables los miembros del Ejército, sean castigados”, dijo en su rueda de prensa diaria.
Entre diversas organizaciones civiles y organismos que han condenado los hechos, la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) también ha solicitado realizar una investigación “diligente, pronta e imparcial” sobre estos asesinatos.