Dallas (EE.UU.), 14 jun (EFE).- Tras una decepcionante y criticada actuación en el tercer partido de las Finales de la NBA que le situó en el ojo del huracán, Luka Doncic se redimió este viernes liderando a los Mavericks para extender la misión imposible de Dallas: remontar un 0-3 que jamás se ha hecho en la historia de la liga.
Doncic, fundamental para que los Mavericks sigan con vida, firmó 29 puntos (12 de 26 en tiros de campo, 0 de 8 en triples, 5 de 7 en tiros libres), 5 rebotes, 5 asistencias y 3 robos frente a una sola pérdida de balón. Además acabó con un diferencial +/- de +30.
El esloveno solo jugó 33 minutos y no pisó la cancha en el último cuarto, ya que la paliza de los Mavericks era tal que ambos equipos retiraron a sus titulares en la recta final del tercer periodo (122-84 resultado final para el 1-3 en la serie).
Esta contundente respuesta de Doncic llegó después de un tercer partido tras el que quedó muy señalado: estuvo demasiado pendiente de los árbitros, se enredó en algunas desconexiones defensivas fatales y fue eliminado por faltas con más de cuatro minutos por jugarse en un duelo muy apretado que no se decidió hasta el desenlace.
“No fue lo más inteligente”, reconoció, en una entrevista con ESPN, sobre cometer seis faltas y ser eliminado en aquel tercer encuentro.
“Fue mi culpa. No puedes hacer eso, especialmente en las Finales de la NBA”, contó que había dicho a sus compañeros tras el encuentro.
Con ganas de olvidar todo aquello cuanto antes, el genio balcánico afrontó el cuarto partido, que era a vida o muerte para Dallas, con serenidad, concentración y agresividad desde el inicio.
13 puntos metió en el primer cuarto, en el que atacó la pintura y también supo sacar faltas a la defensa de Boston; y 12 sumó en el segundo capítulo sin bajar el ritmo para completar una excelente primera mitad con 25 puntos (10 de 18 en tiros).
En lugar de buscar explicaciones estériles en las decisiones arbitrales que le perjudicaban, Doncic se puso además el mono de trabajo también en defensa desde el salto inicial con varios robos y algunas acciones muy meritorias.
“Tenemos que jugar de la misma manera (en Boston). Sabemos lo duro que es jugar ahí, sabemos que sus fans van a gritar mucho. Así que tenemos que estar concentrados y hacer las mismas cosas que hicimos hoy”, dijo a la retransmisión de la cadena ESPN nada más terminar este cuarto encuentro.
Los Mavericks se ganaron así el derecho a volver a Boston para intentar conseguir lo que 156 equipos en la historia de la liga no pudieron hacer antes: darle la vuelta en el ‘playoff’ de la NBA a un 0-3 en contra.
Doncic protagonizó además la anécdota del día fuera de la cancha ya que tuvo una visita muy especial para este cuarto partido: la de otro ilustre exmadridista como Sergio Ramos.
El defensa español y el base esloveno compartieron unos minutos en la previa del partido y se regalaron varias camisetas.