Redacción Deportes (EE.UU.), 8 may (EFE).- Los Dallas Mavericks igualaron este domingo 2-2 su semifinal del Oeste ante los Phoenix Suns con una victoria por 111-101 cimentada en su espléndido acierto en el triple (14 de 24 en la primera mitad) y el terrible día de Chris Paul.
Solo dos días después de cumplir 37 años, el base de los Suns fue eliminado por faltas cuando quedaban 9 minutos por jugarse del último cuarto tras un partido para el olvido en el que solo sumó 5 puntos, 5 rebotes y 7 asistencias en nada más que 23 minutos en pista debido a sus problemas con las personales.
Al descanso ya llevaba cuatro faltas, algo que no le había sucedido jamás en sus 17 temporadas en la NBA.
Frente a la pesadilla de Paul, Dorian Finney-Smith vivió su tarde soñada en los Mavericks con 24 puntos y un tremendo 8 de 12 en triples.
Luka Doncic consiguió 26 puntos, 7 rebotes y 11 asistencias, pero quizá la señal más esperanzadora para el futuro de la serie de Dallas es que no necesitaron una versión sobrehumana del esloveno en la anotación para llevarse este cuarto encuentro.
Además de Finney-Smith, los Mavericks, que terminaron el encuentro con 20 de 44 en triples, contaron con aportaciones de gran calidad de Jalen Brunson (18 puntos) y Davis Bertans (12 puntos con 4 de 6 en triples).
Sin Paul a su lado, Devin Booker (35 puntos y 7 asistencias) fue el referente de unos Suns que ganaron sus dos partidos en casa, que perdieron los dos encuentros de Dallas y que tendrán la opción el martes de vuelta en Phoenix de retomar la ventaja en esta semifinal.
ESPECTÁCULO PIROTÉCNICO DE TRIPLES
El cuarto encuentro empezó de forma volcánica con una técnica para Doncic y otra para Booker cuando aún no se habían jugado cinco minutos.
Al escolta de los Suns le vino bien esa llamada de atención y acabó el primer cuarto con 13 puntos.
Sin embargo, Booker estuvo demasiado solo para sofocar el festival pirotécnico de triples de los Mavericks, que metieron 8 de 13 en una fantástica exhibición de puntería desde el perímetro en el primer cuarto (37-25).
Los triples de Finney-Smith, Bullock y Kleber ofrecían soluciones ideales en ataque a Doncic, que buscaba a sus compañeros tras el uno contra uno frente a Ayton o también a partir de su superioridad en el poste contra Paul.
No dejaban de sumarse actores secundarios en Dallas, tanto que Bertans enchufó los cuatro primeros triples que intentó.
Los Mavericks, con una confianza por las nubes, llegaron a ganar por 17 puntos en el segundo cuarto con Dinwiddie brillando en los minutos de descanso de Doncic.
Pero Ayton en el interior y Crowder haciendo un poco de todo le echaron una mano a Booker para mantener a los Suns en el encuentro.
Al descanso, la peor noticia para Phoenix no era el marcador (68-56) ni los 14 triples (de 24 intentos) que habían metido los inspirados Mavericks, ya que lo más preocupante para los visitantes fue la cuarta falta que sumó Paul justo en el último segundo antes de irse al vestuario.
Frente a otros días donde Doncic no tenía a quien aferrarse, el banquillo de los Mavericks deslumbró en la primera mitad con 29 puntos (solo 8 de los reservas de los Suns).
Los Suns regresaron a la pista con muchas ganas de cambiar la dinámica del partido y sacaron las garras tanto en defensa como en la lucha por el rebote.
Los Mavericks tardaron casi cuatro minutos en meter sus primeros puntos en la reanudación, pero la quinta falta de Paul, en una acción boba cuando subía el balón frente a la presión de Brunson, cortó el impulso que traían los Suns.
Así, Doncic, Brunson y Finney-Smith se aliaron para que los Mavericks, que habían roto su idilio con el triple en ese parcial (2 de 11), no se vinieran abajo antes del último cuarto pese a las amenazas de remontada de los Suns (87-78).
Con los dos equipos francamente desacertados, Paul culminó su espantosa actuación con su sexta falta al pelear un rebote con Brunson.
Todavía quedaban nueve minutos por jugarse, pero no parecía que los Suns tuvieran pólvora en el cargador para darle la vuelta al marcador.
De esta forma, los triples de Finney-Smith y la solidez de Doncic en el desenlace cerraron una victoria muy importante para los Mavericks y que deja la serie completamente abierta.
David Villafranca